Sobre el Mantengo

Una minoría sostiene al país.
Menos de una tercera parte de los puertorriqueños tiene empleo y con ello la pesada carga de sostener económicamente con su trabajo y sus contribuciones al resto de la población.Puerto Rico sufre un alarmante nivel de dependencia de los programas de asistencia pública y esto queda evidenciado en que la Isla tiene una de las tasas más bajas del mundo en el renglón de empleo y participación en la fuerza trabajadora.

La aportación millonaria que a través de sus programas de asistencia hace anualmente el Gobierno estadounidense a los residentes de la Isla parece ser el principal sostén de una estructura económica en seria crisis. “Prácticamente la mitad de la población trabaja y la  otra mitad depende de ésta. Yo tengo que decir las cosas como son”, declaró el secretario del Trabajo, Román Velasco, quien mantiene como una de sus principales preocupaciones la baja tasa de participación en la fuerza laboral en el país. “La tasa de participación laboral no es suficiente”, aseguró.

“Por un lado... el sector privado no ha creado los empleos que Puerto Rico ha necesitado y hay que plantearse si los incentivos son suficientes para alentar el trabajo, o si los incentivos de asistencia pública no promueven que la gente vaya a buscar trabajo”, comentó.

Las estadísticas laborales hablan por sí solas. En el año fiscal 2006 el empleo en la Isla promedió 1,253,000 personas. La población total del país se estimó entonces en 3.9 millones, por lo que apenas un 32.1 por ciento de los residentes trabajaban.

Entre aquellas personas de 16 años o más, que son las que usa el Departamento del Trabajo (DTRH) al delimitar el llamado “Grupo Trabajador”, ese nivel de empleo sigue siendo sumamente débil. Sólo el 43% de esa población estaba empleada el pasado mes de febrero, cuando se estimó que había 1,293,000 personas con trabajo.
La tasa de participación de Puerto Rico, que incluye a las personas mayores de 16 años empleadas o buscando empleo, fue ese mes de 48.1%, también muy pobre cuando se le compara con el resto del mundo. En Estados Unidos, por ejemplo, esa tasa alcanza el 63.1% y al menos cinco estados sobrepasan consistentemente el 70%. Las tasas comparables en Europa y en muchos países de América Latina también nos superan por mucho.

“El problema en Puerto Rico no es la oferta de mano de obra, es la demanda de mano de obra porque no hay la capacidad para absorberla. Y lo que hacemos continuamente es que damos más incentivos para que esa capacidad sea más pequeña”, sostuvo por su parte el director de la Escuela Graduada de Planificación, Elías Gutiérrez.
“Uno no puede mirar la situación social en abstracción de que ésta es una economía que en los últimos siete años no ha crecido y si la cosa sigue como va, la década del 2001 al 2010 habrá sido la década de menos crecimiento desde el 1945”, advierte por su parte el economista Joaquín Villamil.

Más de un millón participa del pan

Al otro lado de la moneda laboral, más de la mitad de las familias puertorriqueñas -cerca de 492,756 familias ó 1,075,000 personas- se benefician del Programa de Asistencia Nutricional (PAN) que repartirá este año en la Isla sobre $1,551 millones.

Cerca de 52,600 familias reciben además asistencia del programa de Ayuda Temporal para Familias Necesitadas (TANF), que este año repartirá otros $101.3 millones. A estos se unen las ayudas para vivienda, los subsidios de renta, electricidad, teléfono, las ayudas a madres y niños (WIC), la reforma de salud, entre muchas otras.

“La ausencia de una política salarial en Puerto Rico ha tenido unos efectos muy grandes sobre la legislación obrero-patronal, pero también ha desvirtuado toda la estructura de posibles incentivos del mercado del trabajo”, opinó por su parte el también economista José Antonio Herrero al contrastar los bajos salarios existentes en el país y las numerosas ayudas disponibles para los que no trabajan.

La evidencia de la pobreza y del creciente desbalance en la actividad productiva de los puertorriqueños abunda. El 44.9% de nuestra población vive bajo el índice de pobreza de Estados Unidos. El 39.3% de los menores de 18 años viven en hogares que reciben asistencia pública y 10.5% de ellos (cerca de 24,552 jóvenes) no trabajan ni estudian.

En el 35.4% de los matrimonios ninguno de ellos trabaja y el 46.4% de las mujeres que son jefas de familia están fuera de la fuerza laboral. El 42.8% de todos los jefes de familia no trabajaron en los pasados 12 meses y el 21.3% de la población entre 16 y 64 años reporta incapacidad, según estimados del Censo de Estados Unidos para el 2005.

Los pagos de transferencias a los individuos, que son aquellos que se reciben sin que medie empleo o ganancia, representaron durante el pasado año fiscal 2006 el 29.5% de todo el Ingreso Personal del país. Las transferencias de fondos federales a los individuos totalizaron $9,920 millones, de los cuales $2,152 millones o el 22% son ayudas directas a las personas.

El resto corresponden a pagos por el Seguro Social, Medicare y veteranos.

Sin embargo, en el caso específico de los pagos por Seguro Social el estudio que realizaron recientemente el Instituto Brookings y el Centro para la Nueva Economía concluye que existe una mayor proporción de pagos por incapacidad en Puerto Rico que en el mismo programa para Estados Unidos.

“Tenemos que buscar formas y políticas que apoyen a las familias pobres y en la medida que los programas de beneficencia de ayuda a la familia puedan, se debe atemperar sus políticas y sus reglamentos para que, en vez de penalizar (el trabajo) lo que hagan sea facilitarlo y fortalecer la autosuficiencia”, opinó la directora de la Administración de Desarrollo Económico de la Familia (Adsef), Idalia Colón, quien dirige varios programas para promover la autosuficiencia de los beneficiarios de la asistencia pública.

A juicio de Velasco “tenemos que ser bien honestos. Ha llegado el momento de que Puerto Rico se plantee... que todos los puertorriqueños nos tenemos que plantear hacia dónde queremos que vaya nuestro país. Tiene que haber un regreso a una ética de trabajo. La gente se tiene que sentir productiva”, sentenció, por su parte, el secretario del Trabajo.


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